Millennial Bride parte 2

Hoy os traigo la segunda parte de un post super especial para mi, no sólo por lo bonitas que son las fotos sino por lo que significan. Al venir a vivir a Argentina tenía muchos proyectos en mente pero no sabía si podría materializarlos y al poco tiempo de llegar conocí (gracias al fotógrafo de mi boda Serafín Castillo) a Jeremias Santochi, uno de los mejores fotógrafos de Argentina, y para mi sin duda el mejor de Córdoba, con una visión diferente y muy muy especial. Conectamos al instante y no pudimos esperar a tener marcas colaboradoras para empezar a disparar. Esta sesión la improvisamos una tarde en el jardín de la casa de Mil Magnolias, las floristas que nos hicieron los ramos. y como veréis… ¡quedó espectacular! Se trata de un look de novia Millennial (que ahora os explico más abajo) con un vestido mío de Mango y canotier de H&M, todo muy improvisado pero con un resultado precioso gracias a la luz y a los colores que Jere supo captar con ese arte que le caracteriza.  ¡Espero que os guste!

La generación Y o Generación Millennial comprende a todos los nacidos entre 1980 y el año 2000. Hay quien los llama la Generación Peter Pan debido a la tendencia de querer retrasar en la mayor medida posible la edad adulta. Quizás por ello sus bodas ya no son como las de antes. Teñidas con un componente onírico que las hace inolvidables y en contra de gastarse los ahorros que pueden emplear en viajar después , han hecho que el mundo de las bodas adquiera otro nivel.

Las novias millennial huyen de las bodas multitudinarias, nada de listas interminables de «invitados por compromiso» , nada de formalidades, de votos estudiados o arroz incómodo a la salida.

Ellas abogan por la comodidad, la cercanía y lo informal. Por invitar a sus amigos en una comida en el campo. Sus bodas, ya no son bodas. Son reuniones. FIESTAS.

Ellas han llevado a la práctica aquello de ‘hippie chic’. Vestidos ultra-mini de estilo lencero y naif a diseños extra-largos de crochet, sin cancán ni costuras incómodas. Hacen buen uso del manual de tendencias y lo aplican a su personalidad, dando como resultado un vestido inolvidable que, después, se pondrán una noche en un cóctel o una tarde para pasear por la orilla del mar en sus vacaciones, dos años después. Nada de quedarse en el armario.