Dans Vogue wedding

Seguro que todos ya la conocéis, Saray (www.dansvogue.com) es una de las bloggers mas conocidas de España y además un encanto total. Su personalidad y estilo han hecho que al llegar el momento de su gran día, se convirtiera en una novia muy muy especial. Ella ya ha enseñado las fotos en su blog, en varias entregas, pero hemos querido recopilar nuestras preferidas para compartir su boda en Confesiones.

Os dejamos con las geniales fotos de Alba Lajarín, amiga de la novia  (Santa Rita Fotografia) y los comentarios de Saray, hablando sobre todos los detalles que preparó y la historia tan especial de su vestido ¡Esperamos que os guste tanto como a nosotras! 🙂

Este es el batín que escogí para ese día, un tesoro de Oscar de la Renta que me enamoró nada más verlo. El tejido es fantástico para no pasar calor y pude estar muy cómoda mientras me maquillaba. El maquillaje fue cosa de Laia, una maquilladora increíble que supo captar mi estilo en un segundo. He tenido el gustazo de conocerla a través del blog y me he hecho fiel seguidora de su trabajo y su buen hacer.

Desde el principio sabía que quería un maquillaje natural y luminoso, sobretodo porque no soy una persona que se maquille mucho. Pero hasta el último momento, no me decidí por el color de labios, no sabía si poner un tono más natural o bien recurrir al tono cereza que veis tanto por aquí y que tanto me gusta. Así qué finalmente me decante por ello, primero porque así le daba color a tanto tono maquillaje y segundo porque sabía que iba a sentirme yo misma, y ese día quería que fuese así.

El día de antes pensaba que Laia iba a poder maquillarme bien poco. Después de todo el trabajo y preparativos en la masia, decidí tomar un baño en la piscina, y suertuda de mi, una avispa me pico en el ojo. Después de todo el disgusto, tener el ojo modo pelota de pin pon y visitar el hospital, el día después me levanté casi perfecta y más feliz que nunca. ¡Gran anécdota para contar a mis hijos/nietos!

Los zapatos quería que fuesen unas sandalias, era julio y quería algo cómodo y fresco. Así que me decanté por estas sandalias de Chanel, el detalle de la perla me encantó, porque aunque eran unas sandalias sencillas y que posteriormente a la boda puedo utilizar de nuevo, me parecieron especiales.

El primer anillo que veis con las turquesas es mi anillo de pedida, una joya de los años 50′ y el segundo con la piedra en color rosa, un regalo precioso y familiar que pertenecía a la abuela de Oscar. Durante los preparativos y la fiesta (de madrugada), las zapatillas de ballet fueron mis acompañantes, aunque las sandalias son muy cómodas, eso me aseguró unos pies perfectos al día siguiente.

Del ramo me encargué yo, compré Astilbe en dos tonos, quería algo sencillo así que me puse manos a la obra el mismo día y añadí el “toque azul” con un broche en forma de luna que era de mi abuela, un detalle que me pareció perfecto y bonito para tenerla presente ese día.

Cuando nos prometimos, además de pensar en el vestido, pensé muchísimo en el tocado para la cabeza, tenía claro que quería algo personal, bucólico y muy romántico. Quise una mezcla entre un cuadro de Monet y sus flores y las preciosas estrellas de las películas de George Méliès, dos artistas que hacen soñar y que me harían soñar ese día. Así qué me puse manos a la obra y dibujé lo que quería y a parte de saber que quería, sabía quienes serían las encargadas de hacerlo SUMA CRUZ. Y así fue, ellas adaptaron a la perfección el diseño y el resultado para mi fue el mejor. Pronto os mostraré los bocetos y un poco más.

Y por último la historia de mi vestido, un vestido que encontré paseando sola por el barrio gótico de Barcelona en una tienda de antigüedades. En cuanto lo vi me enamoré, era sencillo, delicado y sabía que era perfecto para mi. Así que lo reservé y al día siguiente acudí con mi madre y mi hermana para que lo vieran. No se trataba de la típica prueba de vestido, estábamos allí, en una vestidor con cortinas rojas de terciopelo, cortinas de teatro y rodeadas de vestidos de alta costura, tesoros de los años 20, 30, 40… Una maravilla, algo atípico y cautivador. Antes de escoger el vestido ya escogido mentalmente, me probé cinco más, pero sin duda mi elección fue la primera, un vestido hecho a medida y con 100 años de antigüedad fue mi elección.

La ceremonia muy íntima y llena de detalles con encanto que hizo ella misma…

¿Qué os ha parecido la preciosa boda de Saray nuestra querida Dans Vogue?

Bisous!

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